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Microgordofobias: los prejuicios de la obesidad

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Porque la asociación del sobrepeso y la obesidad al fracaso personal se cobra un buen número de víctimas a través de problemas como la depresión, la ansiedad o el TCA.

En Paraguay el exceso de peso, en ambos sexos, supera el 50% y la obesidad el 20% de la población adulta, y que así mismo, tanto el sobrepeso como la obesidad han aumentado en la infancia y en la adolescencia, con una prevalencia actual del 34,5%.

Lo preocupante de estas cifras es que la tendencia del % del sobrepeso y obesidad del grupo de edad de 5 a 9 años sigue en aumento y es mayor con relación a los otros grupos de edades de niños, niñas y adolescentes en los últimos años.

Por otra parte, unas 2.600 muertes al año están relacionadas con la obesidad en nuestro país.

¿Qué es la gordofobia?

La gordofobia es el sesgo que se aplica a las personas que no entran en los estándares sociales de normatividad corporal. Bajo las formas de rechazo más evidentes se encuentra el caldo de cultivo que sustenta la gordofobia

Desde que se acuñase por primera vez en 1984, tras un estudio realizado en Estados Unidos y publicado por la Biblioteca Nacional de Medicina estadounidense, el término ha llegado a cambiar incluso el Día mundial de la Lucha contra la Obesidad, que desde este año ha pasado a ser el Día Mundial contra la Gordofobia.

Y es que el sobrepeso no es sólo un tema físico que afecta al cuerpo, sino también a la mente. Y como cualquier sesgo, recuerdan los expertos en el tema, “bajo las formas de rechazo más evidentes se encuentra el caldo de cultivo que sustenta la gordofobia con prácticas socialmente legitimadas”.

Es decir: las microgordofobias.

Microgordofobias: los prejuicios de la obesidad más comunes

Para empezar, hay que mencionar todos esos insultos, acoso, dificultades para relacionarse y problemas mentales derivados de ese estigma del sobrepeso.

Y cuando hablamos de microgordofobias, hablamos de prejuicios que pasan de forma sutil por nuestras vidas y dañan de forma abrumadora a quienes sufren esta plaga que no se ve, pero se siente.

Las microgordofobias más comunes son:

-Las personas obesas no resultan atractivas.

-Las personas obesas no tienen una vida sexual activa.

-Las personas obesas no tienen éxito en lo personal o en lo laboral.

-Todos los que tienen sobrepeso se alimentan mal o tienen malos hábitos de salud.

-Las personas con obesidad son vagos y no se esfuerzan.

-Están así porque quieren.

Hay distinciones entre hombres y mujeres con dos microgordofobias muy extendidas: “los hombres gordos se asocian a ser graciosos”, “las mujeres gordas, se asocian a ser malas”.

Todo esto se ha hecho más evidente con el avance de las redes sociales, donde aseguran que es fácil ver como hay todavía hay gente afirmando que una mujer con curvas dentro de una campaña publicitaria, fomenta la obesidad. Y cómo la palabra gorda, ya no puede decirse sin resultar insultante.

Además, no es difícil encontrar imágenes en las que si aparece una pareja en la que uno de los dos tiene un cuerpo normativo y el otro tiene sobrepeso, se destacan las habilidades o se hace referencia a su personalidad en quien no cumple el estándar de belleza.

Y sí, la concienciación social también avanza en paralelo, de forma lenta pero firme. Y para ejemplo, las búsquedas de Pinterest de los últimos tiempos. Pero aún queda mucho trabajo pues, “aún vivimos en una sociedad que promueve un patrón único de belleza en el que parece que la única manera de encajar socialmente es teniendo un cuerpo normativo”.

No somos conscientes del sufrimiento que todos estos prejuicios pueden ocasionarles

Consecuencias de las microgordofobias

Padecer sobrepeso u obesidad y sufrir estas microgordofobias veladas a diario, desemboca irremediablemente en una sintomatología ansiosa y un bajo estado de ánimo si atendemos a la salud.

“Puede desembocar en un trastorno depresivo y en un trastorno alimentario, entre otras patologías psiquiátricas”. “No somos conscientes del sufrimiento que todos estos prejuicios pueden ocasionarles”.

El sujeto del rendimiento

Este término, acuñado por el filósofo coreano Byung-Chul Han, conecta todo esto con la idea de que no somos sujetos libres, sino que estamos esclavizados por determinados estándares para formar parte de una sociedad mercantilista e individualista como es la nuestra.

En la sociedad liberal occidental, una persona obesa no se corresponde con el modelo de sujeto de explotación y del rendimiento.

Es decir, todos los gimnasios, los súper alimentos, la ropa y accesorios son elementos que forman parte de “una gran parafernalia” de la sociedad de consumo de la que somos sujetos de pleno rendimiento, en la que estamos sometidos a una presión estética sin parangón y en la que, a quien no se ajuste a este modelo, se le señala de forma inmediata.

en la adolescencia, la cosa empeora. Porque aunque hay personas resilientes que han trabajado duro para sobrevivir a esto, en esta edad los adolescentes con sobrepeso se sienten cuestionados constantemente, algo que interiorizan a tal nivel que afecta directamente a su autoestima y confianza, vital para este tramo de la vida.

A esto hay que sumar la necesidad de pertenencia al grupo, fundamental y necesaria en la adolescencia, tal y como señalan los expertos, que junto a la exposición en redes, logra que la gordofobia acapare todas las atenciones.

“Un niño o un adolescente puede insultar a una persona gorda si así lo ha escuchado en casa o en su serie favorita. Y los que no lo hagan, quizás optarán por alejarse de la persona gorda de la clase para que no los relacionen con ella”.

Así que es urgente actuar contra ello.

Es urgente un modelo diferente. Un cambio en los estándares. Una ruptura con los cánones de siempre. Y es urgente que empiece hoy, desde lo más pequeño.

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